Globalismo - Qué hay de verdad
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- Escrito por: Suso
Se insiste en la necesidad de un Nuevo Orden Mundial para resolver los problemas globales, pero voces discrepantes advierten que es el disfraz de un sospechoso plan de alcance planetario ¿A quién creer?.
Estamos invadidos por movimientos ideológicos extraños que se extienden como el aire, conflictos por doquier, pérdida de valores y principios, degradación, limitación de derechos, empobrecimiento, etc. Cabe sospechar que no sea casual y que haya una poderosa inteligencia en la sombra que lo impulsa con algún perverso fin.
Si se analiza con detenimiento no hay que descartar que tantos acontemimientos en paralelo obedezcan a un gran plan global diseñado con fines espurios. El oficialismo califica tal creencia de teoría de la conspiración, pero el seguimiento minucioso de la situación levanta sospechas.
Situación
Vivimos en un mundo globalizado donde la dirección y control de la economía, la política, las comunicaciones o la tecnología se van concentrando en estructuras supranacionales que poco a poco diluyen a las naciones. Podría ser bueno si se tratara de un desarrollo natural, pero no parece que sea así.
Diversos analistas sugieren que el mundo viene funcionando bajo una estructura piramidal. En la cima una élite corporativa, poder mundial en la sombra, controla multitud de organizaciones; en el siguiente grandes fondos de inversión, entidades bancarias, corporaciones (financian y endeudan) y medios de comunicación (controlan el mensaje); le siguen los políticos y los gobiernos (ejecutan); y en la base estamos los ciudadanos.
No hay que descartar que instituciones, sistemas educativos, medios de comunicación y entretenimiento (prensa, radio, TV, cine, etc.), políticos y partidos puedan estar siendo utilizados para influir en la sociedad. Ante este posible escenario es recomendable someter a prueba nuestras propias ideas; afortunadamente todavía se puede acceder en internet a fuentes alternativas, aunque poco a poco están siendo censuradas.
Hay que poner atención al despilfarro e incremento desmesurado de la deuda pública (deuda es sumisión), subidas de tasas e impuestos como si no hubiera un mañana (empobrecimiento y paro), defensa desmedida de contravalores, políticas de inmigración, división y enfrentamientos sociales. ... (debilitar individuo-familia-nación).
Si al debilitamiento social se suma el temor por pandemias, cambios climáticos antropológicos y conflictos internacionales de consecuencias impredecibles, podríamos estar en la antesala de una gran crisis para que los humanos cedan libertad a cambio de seguridad.
Conciencia del problema y actitud a mantener
Lo que está aconteciendo en el mundo es preocupante. La acumulación de tantos conflictos sugiere que pueden estar provocados para generar una gran crisis global previa a un cambio del orden mundial. Lo que inquieta es que apunta a la acción de poderosas élites corporativas con el propósito de instaurar un gobierno mundial.
Ante tal incertidumbre hay que esforzarse por acercarse a la verdad. No conformarse con los titulares de los medios de comunicación (mayoritariamente controlados) o limitarse a lo aprendido en el sistema educativo (manipulable); otras personas prefieren no saber, o no quieren creer o cambiar de pensamiento (colaboradores involuntarios); también están las personas interesadas (a favor).
Nicholas Murray Butler (1862-1947), premio Nobel de la Paz en 1931, establecía tres categorías en la población: Los que deciden los acontecimientos, los que aseguran y vigilan su ejecución y los que no se enteran de lo que ocurre en realidad. John McAfee y otros lo matizan: “El 1% controla el mundo, el 4% son sus títeres, el 90% está dormido y el 5% lo sabe y trata de despertar al 90%, El 1% usa a su 4% para evitar que el 5% despierte al 90%.
Todo apunta a que vivimos en un momento decisivo, pero siempre se puede hacer algo. Cristina Martín en su libro "Perdidos" sugiere lo siguiente:
- Aprender, instruirse, leer y ver mucho y variado, para diferenciar la verdad de la mentira; escuchar nuestras razones y sentimientos más profundos para no convertirnos en marionetas, títeres, cómplices o esclavos del sistema.
- Defender la familia, refugio emocional y económico. El individuo que pierde su identidad es fácilmente sugestionable, por ello intentan destruir el núcleo familiar y los principios religiosos, sexuales, nacionales y de toda índole inculcados desde la niñez.
- Comunicarse, dialogar para encontrarse en lo que une.
- Aprovechar la crisis para voltearla a nuestro favor. “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo. Trabajemos duro, acabemos de una vez con la verdadera crisis amenazadora que es la tragedia de no saber superarla” (Albert Einstein)
- Y sobre todo, ir contra corriente, atreverse a soñar. Ser optimistas.
Si te preocupa la situación y quieres profundizar todavía se puede acceder a valiosa información, comparto algunas referencias a las que puedes acudir para confirmar o refutar tu propio criterio.
Referencias
- La Historia de la Dinastía Rothschild - Andrey Hitchcock. (Ver vídeo sobre el libro - Luís Ravizza).
- La Caída del Cabal - Janet Ossebaard
- Nuevo Orden Mundial - Javier Villamayor.
- Soros Rompiendo España - Juan Antonio de Castro.
- Covid19 y control poblacional - Javier Villamayor.
- Qué es realmente el Club Bilderberg - Cristina Martín
- Iglesia y masonería - Alberto Bárcena.
- La Patria Traicionada - Laureano Benítez.
Laureano Benítez señala: “La era actual, que podríamos calificar como «poscontemporánea», está marcada por el paradigma del globalismo, un fenómeno realmente único en la historia de la humanidad […] en el que los seres humanos acabarían rigiéndose prácticamente por los mismos códigos de conducta, por las mismas estructuras de pensamiento, por la misma ideología dominante. […] El mundialismo se encarna en la existencia de un conjunto de organismos transnacionales de ámbito global —de los que la ONU, la UE, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial son los más destacados—, que constituyen la vanguardia de la implantación de un Gobierno Mundial, con una moneda única mundial, y una única religión mundial. […] El Gobierno mundial, manejado y dominado por élites plutocráticas, será totalitario, despótico, deshumanizado […] convertirá en esclavos y borregos a la población humana […] La mundialización del poder político y económico llevará también aparejada la implantación de una ideología globalista ―comúnmente llamada «pensamiento políticamente correcto»― […] Los contravalores de la nueva ideología apuntan sin ningún disimulo ni moderación hacia la destrucción de la identidad de individuos, familias y naciones: aborto, drogas, alcoholismo, banalización del sexo, cristianofobia, ideología de género, feminismo basado en la misandria, …”.