Las propuestas con incremento de deuda pública, y correlativa subida de impuestos, es la esclavitud moderna. Con esta mentalidad llevamos años camino del abismo. Es el mundo al revés.

Para llevar a cabo tal dislate, que sugiere intereses espurios, habría que incrementar la presión fiscal y la deuda pública. Ninguna de las dos es sostenible, palabro que se pregona demasiado y nadie aplica.

La presión fiscal siempre recae, directa o indirectamente, sobre los mismos, los hogares; que ya soportan una fiscalidad de las más altas de la OCDE. En 2017 la recaudación fiscal por hogar fue de 13.315 € y la renta media de 27.558 € (menor que en 2011), quiere decir que un 48 % de los ingresos familiares fueron dedicados a impuestos (8% más que en 2011).

Y la deuda pública del Estado tiene también por sufridores a los hogares españoles. Supera ya el billón de € (1.200.000 millones €) con unos intereses anuales de 32.000 millones € (9,3% del total de gasto público). Cada hogar debe en concepto de deuda pública 63.905 €; y los intereses representan un gasto anual por hogar de 1.740 €. En Europa solo nos supera Bélgica, Portugal, Italia y Grecia.

También se ven impactadas las empresas con menor producción y subida de la presión fiscal. El resultado es despido, aumento del paro, más gasto, más deuda pública y más ruina.

La deuda pública no es la fuente a la que acudir de forma sistemática. Nuestros políticos nos han puesto a merced de los financistas internacionales que desde la sombra manejan el gobierno de turno. Y, llegado el caso, nos desposeerán de todo y nos harán sus esclavos. ¡Al tiempo!.

¿Para cuándo reducir cargos?. España es el país del mundo con más cargos políticos; se podrían reducir 3/4 partes de los más de 400.000, lo que supondría un ahorro de más de 100.000 Millones de €.

¿Para cuándo erradicar la corrupción?. Se habla que anualmente se pierden más de 90.000 Millones de €.

¿Para cuándo reducir la deuda?. Se ahorrarían 32.000 Millones €.

¿Para cuándo optimizar recursos y erradicar el despilfarro?.

Ningún partido habla de todo esto. ¡Ojo a las propuestas irresponsables!. Nos jugamos demasiado.

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