Situación política insostenible

En Europa estamos en una realidad distópica. Los gobiernos títeres europeos nos están llevando a una sociedad caótica. Todo ello propiciado por con fines espurios.

El neoliberalismo, atlantismo, globalismo, y posmocapitalismo (posmofeminismo, catastrofismo climático, manipulación de minorías sexuales, inmigración sin control, fomento del individualismo y destrucción y debilitamiento de las comunidades sociales) viene debilitando a occidente desde hace décadas.

La élite política europea, partido único, está doblegada enteramente al globalismo y, mientras, los europeos sufren los desastrosos efectos de nefastas decisiones que vienen del exterior. La Europa y el atlantismo en que ingenuamente creímos sigue mostrando su verdadera cara: globalista, nepotista y a espaldas del pueblo. Y ahora nos está llevando a la destrucción utilizando a Europa como colchón entre EEUU y Rusia, o el mejor de los casos acabemos siendo otro patio trasero del antiguo hegemón.

Nuestro país es también paradigma de la progresiva implantación del neoliberalismo: Privatización de sectores estratégicos esenciales que acaban bajo el control del poder corporativo, atlantismo (sometimiento a la OTAN) y posmocapitalismo en todas sus vertientes, resultando debilitamiento, pérdida de soberanía y depravacón política e institucional que ignora a un pueblo manipulado y engañado. Pregúntate por qué España no tiene industria. Aquí tienes las respuesta

Europa está en declive y, como apunta Joseph Tainter, en tal situación difícilmente se puede sostener un sistema, las tensiones internas, las presiones externas y la guerra muy probablemente conducirán a un “colapso perfecto”.

Sentimientos y emociones, inculcados durante años, mantienen desplazado el raciocinio y la sensatez, y seguimos apoyando y respaldando políticas y movimientos que están destruyendo nuestro bienestar (libertad, economía, sanidad, educación, seguridad, cultura, etc.).

Divididos por destructivas ideologías, moldeados por la propaganda mediática y desviada la atención con problemas artificiales, nos mantienen alejados de la realidad, debilitados, moldeables y dispuestos a ser conducidos dócilmente a la ruina intelectual, moral y física en favor de intereses espurios.

El futuro será esperanzador si los pueblos empiezan a despertar y comprender la verdadera realidad. Estamos ante una oportunidad histórica extraordinaria. La construcción de un nuevo modelo que actúe para los intereses del pueblo en lugar de para el poder corporativo.

Está al alcance de todos acceder a crucial información contrastable de experimentados analistas, que investigan las causas y fines de las nefastas tendencias políticas, económicas, sociales y conflictos consecuentes que estamos viviendo.

Por el contrario se sigue el mensaje institucional y se acude al ataque ad hominem calificándolos de teóricos de la conspiración; y aún viendo que la humanidad se desliza hacia un abismo al que políticos, instituciones nacionales o internacionales, académicos y la sociedad en general no tienen u ofrecen explicación plausible.

Será importante contar con una base social para que los procesos se conduzcan de acuerdo con los intereses de los pueblos y no de las élites corporativas y políticas.