La política energética española está llevando a fuertes costes en el recibo de la luz y encarecimiento de los productos de consumo por falta de competitividad de las empresas (cierre, deslocalización y paro).

Durante años nos han estado vendiendo que las renovables son energías estupendas, pero se ha ocultado su alto costo y sus problemas de fiabilidad. La propaganda ha calado tanto que la gente todavía lo encuentra maravilloso. Mientras tanto se ha inundado el país de fuentes de energía carísimas (fotovoltaicas y eólicas) y se han reducido las fuentes de energía más baratas (nuclear).

La mayor parte de la factura de la electricidad es para costear esta errónea política. De los 51 euros de una factura mensual de un hogar medio, sólo 19 euros (38%) corresponden a la energía consumida y a las líneas eléctricas para transportarla. El resto es para costear parte el disparate: 32 euros (62%) se divide entre cargas fiscales (15,7 euros), subvenciones medio-ambientales (9,7 euros), subvenciones territoriales (1,9 euros), ayudas sociales (1,3 euros) y otros conceptos (3,4 euros).

Al final no se ha podido mantener el engaño de manera artificial y el tema ha saltado por los aires, en momentos de crisis la realidad se impone y tendremos que costear la gran deuda acumulada. En 2014 tenemos la electricidad más cara de Europa y en este año se esperan varias subidas.

Ningún país le ha hecho caso a las erróneas políticas energéticas de la Unión Europea excepto España. La demagogia aplicada durante años a la política energética nos ha llevado, como era de esperar, a un callejón de difícil salida, con una deuda desorbitada, subvenciones imposibles, precios disparatados y riesgo de colapso de suministro. Lo que viene a sumarse a la mayor depresión económica de los últimos 70 años.

En España, necesitamos 6.000 horas anuales de electricidad que proporcionan: la energía nuclear, el carbón, los ciclos combinados y la hidráulica. Además tenemos las renovables que aportan entre 1.500 y 2.200 horas. Pero con las renovables no se puede contar siempre cuando falta viento, sol o agua; por eso hay que mantener el soporte de las otras tecnologías para garantizar el suministro en todo momento.

La Red Eléctrica de España (REE) tiene que abastecer el mercado cuando éste lo demanda. Pero no se puede contar siempre con las renovables cuando no hay sol, o viento, o falta agua. La mayor demanda se produce entre las 20:00 y las 22:00 horas justo cuando las renovables aportan menos al sistema.

La política energética es un despropósito que nos está saliendo muy cara y seguimos potenciando. Las cifras de subvenciones del régimen especial (primas a renovables) pagadas por los ciudadanos son tremendas y van en aumento:

  • 521 millones de euros en 2009
  • 660 millones de euros en 2010
  • 984 millones de euros en 2011
  • 585 millones de euros en 2012
  • 500 millones de euros en 2013

Y la deuda supera ya los 30.000 millones de euros, de los cuales 20.000 millones los tiene la banca española. Los inversores quieren recuperar la inversión, que se les garantizó por ley, y los consumidores tenemos que pagar este desaguisado (como siempre). A saber lo que se esconde por debajo visto el estado generalizado de corrupción institucional.

Pues bien si queremos seguir con este "modernismo insensato", habrá que estar dispuestos a soportar la energía más cara de Europa y las graves consecuencias en la economía por el aumento de los costes de producción y su impacto en los productos de consumo.

Lo sensato es parar (por ahora) la instalación de renovables (fotovoltaicas y termo-solares) porque no aportan nada que no esté cubierto por otras energías, más seguras, más fiables y más baratas. Se compensa la inversión en unos años (como se hizo con la nuclear) y automáticamente se quitan miles de millones del recibo de la luz sin perjudicar a los inversores; e ir pensando en potenciar la energía nuclear. Obviamente hay que despojarse de infundados prejuicios ideológicos, abrir un debate serio e informar a la población debidamente.

Interesante artículo y entrevista de la Decana del Colegio de Ingenieros de Madrid.

Muy interesante también este otro análisis sobre lo que encarece el precio de la luz.

No obstante, el encarecimiento de la energía fósil ha hecho rentable la tecnología de extracción denominada fracking o fractura hidráulica que ya está alterando el actual equilibrio global planteando un nuevo escenario estratégico. El resultado es un bajón drástico del precio del petróleo que ahora estamos disfrutando.

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